Después de una vida ligada al Athletic Club de Bilbao, Iker Muniain fichó por San Lorenzo de Almagro. Una decisión basada, principalmente, en su fascinación por el fútbol argentino y que entronca con la historia de míticos jugadores vascos que ya hicieron ese viaje a finales de los años 40 del pasado siglo, coincidiendo con la postguerra civil española.