Brayan y Fernanda van a la playa a pasar la tarde, pero cuando él intenta nadar se ahoga. La mujer llama a Mateo, le cuenta lo que pasa y le pregunta que si él fallece qué pasaría. Fernanda se pone los audífonos para no escuchar los gritos de Brayan, pero luego suena una sirena que es la que avisa a los rescatistas que él está en peligro. El salvavidas lo ayuda y logra estabilizarlo.