Stabler, a petición del párroco de su parroquia, visita a un enfermo terminal de cáncer. Pronto comprende que este enfermo tiene una historia que contar antes de morir, siendo su deseo el que busque a su hija para que le escuche. Tras negarse su hija a verle, Benson permanece al cuidado del enfermo, y Stabler descubre que el FBI mantiene una investigación abierta relativa a dos hombres que cometieron una serie de robos de bancos sin resolver y llevan cuarenta y seis años en la lista de los más buscados.