Cuando una joven y su hermana pequeña son llevadas al hospital tras haber sido atropelladas cerca de un parque, los inspectores descubren que las niñas fueron secuestradas en Nueva Orleans después del huracán Katrina y que una hermana más está en manos del secuestrador. A pesar de las interferencias de un reportero, los detectives logran detener al secuestrador, un conocido pedófilo, y encontrar a la pequeña desaparecida. Sin embargo, cuando el detenido muere, la autopsia determina que su fallecimiento está causado por la inhalación de esporas de Antrax. A partir de este momento el caso es relegado a secreto federal y los inspectores son amenazados con delito federal si filtran alguna información clasificada.