Una mujer embarazada es atacada brutalmente en el garaje de su casa. El bebé le ha sido extraído por medio de una cesarea. Aún a pesar de la intensa búsqueda del bebé, que podría estar aún vivo, las esperanzas se frustran cuando es encontrado muerto por numerosos traumatismos craneales. La víctima trabaja en un centro de rehabilitación de drogadictos que distribuye metadona entre sus pacientes.