Mary comunica a su suegro su embarazo. Adam, distanciado de él desde su ceguera, se sorprende cuando viene a verlos. Dueño de un bufete de abogados en Nueva York, los convence para que se muden a su casa y que Adam estudie derecho para darle un futuro mejor a su nieto. Cuando el aborto de Mary le hace cambiar de opinión, ella se alegra de quedarse porque aquí tiene a su esposo, a su familia y a sus niños.