A John Anderson, el hijo adoptado del señor y la señora Edwards, le gustan más los libros que ir a cazar. Pero a su padre le gustaría que se interesara más por otras actividades y le regala un rifl e por su cumpleaños. John no quiere herir sus sentimientos y le escribe una carta con los motivos por los que no quiere ir a cazar. Al no obtener respuesta John cree que su padre ya no le quiere.